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ORIGEN DEL BLUES

Esta semana queremos compartir con ustedes la nueva playlist de nuestra cuenta en Spotify inspirada para los amantes de la música del Blues, aquí les dejamos el link para que vayan y la escuchen:


Y para que conozcan más de este género, les dejamos también una reseña de su origen, esperamos te guste.




Los orígenes del blues. La herencia africana Establecer el lugar exacto donde nació el blues sigue siendo a todas luces imposible después de años de investigaciones a partir de testimonios orales, periodísticos, literarios y sonoros y de miles de horas de trabajo de campo. Folcloristas, etnomusicólogos e historiadores de la música se han encontrado con la imposibilidad de identificar el lugar exacto, en el vasto sur estadounidense, en donde se interpretó la primera melodía de lo que hoy en día consideramos como blues. Lo que sí está claro es que la cuna de esta música se encuentra en algún lugar, o quizá en toda la región que comprende lo que se conoce como el sureste y parte del suroeste de Estados Unidos y que va desde el estado de Texas hasta el norte de Florida. Un inmenso territorio que incluye los actuales estados de Georgia, Alabama, Misisipi, Luisiana, Arkansas, partes de Oklahoma, Illinois y el sureste de Texas, además de incluir el valle y el delta del rio Misisipi y la costa norte del Golfo de México. Esta inmensa porción del mapa de Estados Unidos es una región de granjas y plantaciones de algodón, ciudades pequeñas y extensas zonas boscosas y pantanosas amen de un sinfín de ríos y pequeños brazos de otros ríos que pertenecieron a España y Francia antes de que en 1804 Napoleón Bonaparte vendiera a Estados Unidos las posesiones territoriales que España le había devuelto y que incluían el valle del Misisipi, Luisiana16 y la ciudad de Nueva Orleans. Esta compra es un evento trascendental en la historia de la nación ya que duplicó su extensión, expandiendo la frontera allende los Apalaches y más allá, pasando el río Misisipi. Con el tiempo este se convertiría en la más importante arteria fluvial del país y en cuyas riberas surgirían poblaciones y ciudades emblemáticas para la historia de la música negra como Memphis en Tennessee, St. Louis en Missouri y Nueva Orleans que ya existía, pero que se consolidaría durante varias décadas, antes de la Guerra Civil como ciudad cosmopolita y de negocios, que al final del siglo XIX y principios del XX seria definitiva en la expansión del blues y el nacimiento del jazz. Fue en el trasegar por los caminos de este sur, por sus granjas de algodón, sus pequeñas poblaciones con sus muelles, estaciones de ferrocarril y bares y cantinas, lo que permitió que los rasgos musicales del blues se definieran y luego se integraran en una región en particular: el estado de Misisipi, ciertos datos y hechos sugieren que fue allí en donde se 15 Jahn, J. (1970) Muntu: Las Culturas de la Negritud, Madrid, Guadarrama, cap. VIII, pág. 252 16 En 1804 durante el gobierno de Thomas Jefferson, Napoleón Bonaparte a través del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, vendió a Estados Unidos Luisiana, el valle del Misisipi y Nueva Orleans, por la suma de 15 millones de dólares que el presidente no tardó en conseguir de los bancos. Esta transacción aportó a la nación una insospechada cantidad de territorio, de hecho, ahora el tamaño del país equivalía al de Europa y esas recién adquiridas tierras del sur no tardarían en convertirse en estados esclavistas. 13 configuró el blues. El etnomusicólogo e historiador del blues Samuel Charters17 se refiere a esta afirmación cuando dice: Este estado contaba con una población afroamericana numerosa y aislada y en una zona de pobreza generalizada, lo que significa que la gente se veía obligada a crear sus propias formas de entretenimiento. En los condados del noroeste del Mississippi, el famoso delta del algodón, la concentración de comunidades afroamericanas era tan densa que la vida musical preservó elementos del tipo de melodías e instrumentos africanos que casi habían desaparecido en el sur. Pero no son solo esas las razones para seguir esta idea del Misisipi como lugar en donde se configuró el blues, existen otros hechos como que la gran mayoría de los primeros maestros del blues que se recuerdan y que posteriormente grabaron, son oriundos de esta región. Nombres como Robert Johnson, Charley Patton, Walter Vincson, Son House o Tommy Johnson entre muchos otros, que evidencian en sus estilos de tocar y en las canciones que interpretaban, reminiscencias de los cantos de trabajo, de las work songs que son parte fundamental de las raíces e influencias del blues. Esos cantos de las plantaciones conservaban elementos de la tradición musical africana que, a pesar de la prohibición de hacer su música en muchas granjas y plantaciones, los esclavos negros habían traído consigo e incorporaban en esas canciones colectivas de trabajo e inclusive en los cantos espirituales. La heterogeneidad musical africana y los diversos elementos que de ella se perciben en el génesis de la música negra y particularmente del blues en Estados Unidos, debe ser abordada antes de seguir con los rasgos adquiridos en América. La influencia de la tradición musical africana se percibe tanto en la forma que adoptaron las estrofas del blues, como en la riqueza instrumental y el carácter improvisatorio de letras y melodías inherente a las culturas orales africanas que los negros vendidos como esclavos llevaron consigo a América quienes realizaban el largo, penoso y muchas veces mortal, viaje en los barcos negreros. El África occidental, la región en la que fueron capturados la mayoría de los futuros esclavos y que corresponde hoy a Senegal, Gambia, Guinea – Bissau, Guinea Conakry, Sierra Leona y Costa de Marfil, era una región habitada por un sinnúmero de tribus que tenían relaciones de amistad y guerra entre sí. Estas tribus tenían una rica vida religiosa y musical debido a la relación que tenían con su entorno natural y con el mundo de lo intangible. Sus danzas y sus músicas aludían a la relación con lo sobrenatural y con la dureza de la vida, en versos largos, muy poéticos y libres, que entonaban hombres conocidos como griots. Este es el termino genérico en diferentes lenguas para llamar al cantante, aquel que entona su canción con frecuencia improvisando las estrofas y acompañándose con un rudimentario instrumento de cuerda de fabricación casera en 17 Charters, S. (1993) Raíces e influencias, en Solamente Blues, Barcelona, Odin, Pp. 17 14 el que toca una serie de figuras rítmicas que repite a un ritmo y volumen que permita acompañar suave y quedadamente, el tono grueso y profundo de su voz. Esos griots, que son conocidos como jali en la cultura mandingo y jelefo de la tribu Fula en Senegal, han sido reconocidos como aquellos que configuraron la música que hoy en día conocemos como blues. En África tenían un papel destacado al interior de las tribus y otras sociedades más grandes, eran los guardianes de la memoria de su tribu, sus mitos, genealogías, crónicas de batallas históricas y cuentos, pasándolos así de generación en generación. Se les respetaba y apreciaba por su carácter singular y la capacidad de poder expresarlo, les permitía ser el centro de atención en reuniones rituales y en ocasiones los reyes tenían cerca uno o varios de ellos para contar con su servicio cuando fuese necesario. Los griots acostumbraban acompañarse con un instrumento musical que podía ser de percusión como el sabar y el tama, también conocidos como tambores parlantes, que transmiten códigos sonoros que los oyentes pueden entender. Los instrumentos también podían ser de cuerda como es el caso de la kora mandinga, un instrumento de 21 cuerdas hibrido entre el arpa y el laúd. También utilizaban el xalam y el balafon que es un instrumento similar a un xilofón, con este acompañamiento instrumental, los mensajes que dejaban los griots, gustaban más y adquirían categoría de arte y al mismo tiempo de expresión de cohesión social por cuanto preservar las tradiciones, en este caso orales, era bien visto por todos y generaba reconocimiento y admiración. Estas tribus vivían en una cultura narrativa de oralidad, en donde las canciones existen porque se cantan y se transforman con cada interpretación. A diferencia de las culturas que tienen escritura y encomiendan su legado al documento escrito, estas tribus preservaban sus tradiciones en las letras de las canciones que hablaban de sus antepasados, de grandes hazañas y de tiempos mejores, así como de diversas experiencias de la vida cotidiana. Para el negro africano, su experiencia musical era definitiva por cuanto estaba íntimamente ligada con la vida en comunidad, esa era su razón de ser. 1.1 Los ancestros del banjo Los instrumentos que utilizaban los griots en África para acompañar esas melodías pueden rastrearse y es posible encontrar similitudes con instrumentos que se utilizaron durante los años de la configuración del blues y en ciertos casos mucho después cuando la música empezó a grabarse. Uno de ellos es el que procede de aquel rudimentario instrumento casero, autoconstruido con una calabaza alargada y secada de manera que adquiriera la dureza del plástico, con cinco cuerdas que iban sujetas a un palo que hacía las veces de mástil del instrumento y que no era otra cosa que hilo de pescar u otro material, las cuerdas, cuatro de ellas, se extendían hasta el final del palo y la quinta amarrada más cerca del cuerpo del instrumento. En la lengua wolof ese instrumento es conocido con el nombre de halam o xalam, pero en la lengua de los músicos negros del sur norteamericano y en el argot musical del siglo XX es conocido como banjo. 15 El banjo se hizo muy popular a partir de 1923 cuando se empezó a grabar a los guitarristas cantautores y a las cantantes porque permitía acompañar las canciones con su sonido percusivo y seco. También era muy famoso en las melodías de jazz de Nueva Orleans y en las bandas de dixieland como instrumento rítmico que daba la pauta a los demás. Algunos de los primeros grandes maestros del blues, solían acompañarse del banjo y fueron depurados intérpretes de este instrumento, como es el caso de Papa Charlie Jackson, quienes lo dieron a conocer al gran público que compraba las grabaciones o las escuchaba en la radio. Sin embargo, entre los años que transcurrieron desde la llegada de los esclavos con sus primeros banjos y las primeras grabaciones en que se podría sentir su característico sonido como acompañante, es decir aproximadamente un siglo y medio después, el instrumento sufrió diferentes transformaciones. Si bien a principios del siglo XIX el descendiente inmediato del xalam de África occidental amenizaba las reuniones de los esclavos en las plantaciones del sur y era utilizado como parte de los incipientes e improvisados grupos que tocaban música para bailar en los pocos ratos libres que tenían. Su “americanización” se empezó a dar a medida que se hacía más popular, sobre todo entre los músicos blancos que formaban parte de los misntrels shows, aquellos espectáculos de variedades en los que músicos blancos tiznaban su piel con betún negro e interpretaban las canciones y los bailes de esclavos imitándolos de forma burlesca. Esos músicos blancos estiraron una membrana de piel sobre un marco circular, tensándolo de manera que parecía un instrumento de percusión. Luego el palo que hacía las veces de mástil en el instrumento africano, se hizo más largo y plano, y las cuerdas se fijaron a él con unas clavijas conservando la quinta cuerda a un lado. Con el tiempo las clavijas iniciales de madera pasaron a ser de metal a rosca y el instrumento adquirió la morfología con la que se conoce hasta nuestros días. Al ser adaptado a occidente el instrumento cambió en algunos aspectos. Como ya era posible tensar las cuerdas, era muy difícil producir una nota sostenida y su sonido era de un tono más alto y era más ruidoso. El cadencioso punteo con que acompañaban su voz los griots africanos, dio paso a un sonido “metálico” que ya no era tan apropiado para acompañar las melodías interpretadas por las voces graves de los esclavos negros. Sin embargo durante la etapa final de la esclavitud y hasta que la guitarra se hizo popular entre los negros libertos después de la Guerra Civil, fue el banjo, junto con el violín, el instrumento más conocido en las plantaciones del sur. Es importante anotar que el banjo no fue el instrumento que interpretaban los primeros músicos itinerantes de blues, pero si fue el instrumento “que contribuyó a desarrollar las técnicas que llegaron a formar parte de los antecedentes del blues” 18 como anota el etnomusicólogo e historiador del blues Samuel Charters, haciendo alusión a un estadio 18 Charters, S. (1993) Raíces e influencias, en Solamente Blues, Barcelona, Odin, Cap. 1, pág. 15 16 intermedio de la evolución del blues que está entre la música de los griots y la expresión de los primeros cantantes de este género. Fue la guitarra, que procedía de la tradición musical española, la que se adaptó perfectamente al blues y permitió solucionar las dificultades del banjo ya que su sonido de bajo es más profundo y se puede afinar de manera que produzca notas sostenidas que se pueden mantener para acompañar las lentas frases vocales del blues. De hecho, la guitarra se convertiría, junto a la armónica o arpa de boca, en el instrumento emblemático del blues y con el pasar del tiempo y a partir de la influencia que este ejerció en la aparición de otras músicas como el rockabilly, el rock and roll y el rock, se hizo tan popular que una vez se electrificó en los años 30 del siglo XX, fue casi imposible concebir estos géneros sin su presencia. Por otra parte, para la realidad económica y social de los primeros músicos de blues, la guitarra presentaba ciertas particularidades que garantizaron su popularidad y difusión: no es un instrumento costoso, es fácil de transportar, tiene una larga vida si se sabe cuidar y en lo musical permite al músico acompañarse y puntear la melodía y al mismo tiempo se acopla con relativa facilidad a otros instrumentos. Por otra parte, permite al músico crear un acompañamiento mientras va componiendo nuevas letras y ni que decir de la versatilidad a la hora de improvisar. De todos modos se le debe hacer justicia al banjo y no debe olvidarse que algunos de los primeros estilos del blues se construyeron sobre los patrones rítmicos y armónicos que se habían desarrollado con el banjo. Las raíces africanas del blues no solo están en su desarrollo instrumental, también en las estructuras de las estrofas de las canciones y en el modelo de llamada y respuesta característico de las canciones de trabajo o work songs que entonaban los esclavos en las largas jornadas de trabajo en el sur. Si bien, las raíces del blues no provienen exclusivamente de África, es innegable que esta herencia es fundamental en su desarrollo. Los esclavos africanos que llegaron a América, trajeron una riqueza musical conformada por una armonía y una tonalidad que luego se podrían evidenciar en las expresiones musicales como los jubilees19, los spirituals y las work songs que se desarrollarían a partir del contacto con la cultura musical europea. Es bien sabido que la música africana presenta una rica variedad de matices tanto en la expresión como en la forma. En cuanto a la expresión, los blues se diferencian de los spirituals en que son canciones profanas, y de las canciones de trabajo, en que no se cantan en comunidad, los músicos de blues son cantantes solistas que en sus letras narran vivencias que les han ocurrido o han escuchado, en la primera persona del singular, algo similar a lo que hacían los griots de hace dos y tres siglos en África.




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