El ejercicio es bueno para usted, pero algunas veces puede lastimarse cuando practica deportes o se ejercita. Los accidentes, mala forma al ejercitarse o el uso de ropa y equipo inadecuado pueden ser algunas de las causas. Algunas personas se lastiman porque no están en forma. La falta de calentamiento o estirar los músculos también puede causar lesiones.

Las lesiones deportivas más comunes son:
· Inflamación muscular
· Traumatismos en el tendón de Aquiles
· Dolor en el hueso de la tibia
· Lesiones del manguito rotatorio del hombro
· Fracturas (huesos rotos)
Si se lastima, deje de practicar deportes o ejercitarse. Continuar jugando o seguir ejercitándose puede causarle más daño. El tratamiento suele comenzar con el método RICE, por sus siglas en inglés (reposo, hielo, compresión y elevación) para aliviar el dolor, reducir la inflamación y acelerar la curación. Otros tratamientos posibles incluyen analgésicos, inmovilizar el área lesionada, rehabilitación y, algunas veces, cirugía.

CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS DE LA LESIÓN DEPORTIVA:
Es conocido que el estrés hace a la persona más vulnerable a la lesión y la propia lesión hace al sujeto más frágil ante la posibilidad de sufrir estrés [1], afectando a nivel cognitivo, emocional y conductual.
Las respuestas psicológicas que se producen ante la lesión deportiva afectan de manera directa a la recuperación de la misma. Este hecho ha llevado a que en los últimos veinte años se hayan producido numerosas investigaciones al respecto.
Los modelos centrados en las respuestas emocionales del deportista, provienen de la secuencia de reacciones psicológicas descritas por Kubler-Ross (1969) [2]. Estas reacciones son, básicamente:
- Negación de la lesión.
- Cólera (enfado).
- Negociación (ambivalencia emocional).
- Depresión, provocada por la sensación de pérdida (a nivel funcional, estatus…).
- Aceptación y reorganización.
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